«Me lo tuvieron que hacer mis hijos porque es que son muchísimas cosas» nos dicen en la cola de una oficina de la Seguridad Social, «una persona que no está muy dada no lo hace». La queja es común entre los que esperan a que un funcionario les ayude con las gestiones: «yo ya no aprendo internet y no entiendo de móviles… todo es a base de teléfono y a base de colgar y colgar y colgar y llamar y llamar… otra cosa no tengo».
La tecnología ha conseguido que la pandemia no nos pare, pero también ha dejado claro que ni tenemos todos los mismos medios, ni estamos igual de preparados. Cuando se cerraron los colegios se vio que 700.000 familias con niños carecían de ordenador. Muchos padres y profesores tenían problemas para seguir las clases online. Las grandes empresas se adaptaron rápidamente al teletrabajo, pero solo un 15% de las pymes supo aprovechar internet.
La pandemia ha acelerado el avance de la digitalización. Teletrabajo, videoconferencias, compras por internet, banca digital, ocio virtual… el mundo se ha transformado en poco más de un año. Para 2025, la digitalización y la inteligencia artificial harán que la mitad de los trabajos sean muy diferentes a como los conocemos ahora. «Hoy en día o estás o no estás», nos dice Yolanda Rueda. Desde Cibervoluntarios lleva 20 años luchando contra la brecha digital. «Si no estás en internet y no sabes sacarle provecho…te estás quedando atrás».
El nuevo siglo de China
Ningún líder había jamás acumulado tanto poder desde Mao Zedong. Los fastos por el centenario del Partido Comunista Chino han confirmado el dominio absoluto de Xi Jinping sobre los 95 millones de afiliados de la organización que controla sin oposición a más de 1.400 millones de habitantes. El presidente del país, del gobierno y del partido único -todo eso es Xijinping- ha proclamado la apertura de una «nueva era» para convertir a China en la gran superpotencia mundial cuando, en 2049, se cumpla el centenario de la fundación de la República Popular.
La corresponsal de TVE en Pekín, Mavi Doñate, trata en «El nuevo siglo de China» el creciente poder del gigante asiático. A diferencia de la antigua Unión Soviética, China no pretende exportar su sistema político, una dictadura. Le basta con su cada vez mayor capacidad militar y económica para influir en todo el mundo. Pretende ser líder mundial en robótica, inteligencia artificial y energías renovables entre otras muchas cosas… Y está a punto de conseguirlo. Su presidente amenazaba hace unos días con provocar un «baño de sangre» a quien «hostigue, oprima o subyugue» a su país. Es un lenguaje muy distinto al de anteriores líderes y eso ha aumentado la preocupación sobre la segunda gran potencia mundial. ¿Hay que temer el nuevo poder de China?
Vivir sin prisa
«Los centenarios se han vuelto tan comunes», nos dice Julio Pérez, demógrafo, «que ahora ya si uno quiere empezar a hablar de gente con una longevidad realmente excepcional se empieza a hablar de los 107, 108».
España es, después de Japón, el país con la esperanza de vida más alta. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2020 había más de 17.000 centenarios, la gran mayoría mujeres. Tres centenarias por cada hombre.
«Vivir sin prisa» refleja la visión serena sobre el tiempo que les ha tocado y el futuro que viene de tres personajes de entre 85 y 101 años. Antonio López, pintor, sigue «trabajando con ilusión», nos dice. «Me ilusiona lo que yo puedo contar ahora a mi edad. Son cosas que más joven no hubiera podido contarlas. De viejo cuentas otras cosas». Conchita Góngora de 101 años no tiene duda: «Yo soy de este tiempo… Hay algunas cosas modernas que no las uso, que no me gustan, pero después lo demás, sí, ¿por qué no? Hay que vivir la vida como viene y lo nuevo que va saliendo hay que vivirlo también». Sara Hidalgo acaba de ingresar en una residencia. «Hay mejor modo de vivir hoy que antes», nos dice, aunque critica el excesivo materialismo. «Nos dan y todavía queremos más. Dios es el dinero».