la inflación es la ruina que se enrosca en la cesta. Es sibilina, la jodida no alerta, llega y toma posesión de tu billetera. Un día te despiertas y te han subido la renta, otro vas a la frutería y piensas que a 69 euros el kilo de cerezas, lo mínimo es que pongan un guarda jurado en la puerta como en las joyerías de Serrano.
La inflación te aleja de la merluza, te redescubre la pescadilla, que el aceite es un ‘must’ y que lo básico no lo es tanto si ni a ti ni a los tuyos os salen las cuentas. La inflación, ladina ella, se extiende como la metástasis de la miseria porque convierte en lujo la subsistencia… Ver Más